La interculturalidad
promueve una forma de convivencia partiendo del principio que en la cultura
todos son aprendices, pero además todos son enseñantes, en este marco regido
por la valoración de la dignidad humana, el respeto, la tolerancia y la
empatía, donde nada ni nadie tiene valoraciones como superior o inferior,
porque lo que se valora son las diferencias en la diversidad.
4.1 Interculturalidad: enfoques y modelos
pedagógicos
El primer enfoque: Este enfoque da cuenta de cómo
funciona la educación en una sociedad relativamente homogénea, donde la
diversidad étnica, racial y cultural es recibida como un problema que atenta a
la integridad y cohesión social. Dentro de este enfoque se puede mencionar tres
modelos educativos: asimilacionista, segregacionista y compensatorio.
Un segundo enfoque está centrado en lograr la
integración entre culturas. Este se implementa mediante un modelo educativo que
fomenta una educación no racista.
Un modelo de educación no racista promueve
la integración cultural sobre la base de la capacidad para confrontar e
intercambiar normas, valores, modelos de comportamiento, desde una posición de
igualdad.
Este modelo de educación está fundamentado en el
pluralismo cultural pues no posibilita un auténtico interculturalismo, porque
no realiza un reconocimiento explícito sobre el derecho a la diferencia
cultural y, a decir de Muños, cuando esto no es explícito y no hay empeño para
instaurarlo y desarrollarlo el resultado “es similar a una política
asimilacionista.
El tercer enfoque es el que reconoce la
pluralidad de culturas, especialmente las que se visibilizan a partir de luchas
reivindicativas. El fundamento para este modelo educativo proviene del
relativismo cultural; que dio origen a experiencias de educación multicultural.
El modelo de currículo multicultural se
caracteriza por introducir modificaciones parciales o globales (programas de
actividad étnica) a un currículo oficial para reflejar aspectos de las diversas
culturas a las que pertenecen los estudiantes.
Las modificaciones lo que pretenden es vincular la
identidad personal al desarrollo cultural, para ello se implementan programas
de autopercepción étnica porque la autopercepción positiva puede fortalecer una
actitud para preservar y desarrollar la cultura.
El modelo holístico propone trabajar con un
currículo que desarrolle en los estudiantes formas de pensamiento crítico,
modos para la construcción de autoaprendizajes, el cultivo de valores para la
preservación y cuidado de la dignidad humana y medioambiental.
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